Si imaginamos la piel como las capas de una cebolla, las capas más dañadas, por agentes externos y ambientales, están en la superficie, de ahí su aspecto apagado, sin luminosidad y deshidratado. Este tratamiento provoca una irritación controlada de la piel, que hace que se descamen -se pelen- esas capas externas y dañadas, estimulando la formación de piel nueva, Colágeno, Elastina y restos de los componentes estructurales de la piel.
El Peeling Químico es también un tratamiento de elección para pieles que quieran recuperar un aspecto más joven, teniendo en cuenta que con la edad la capacidad de renovación celular se enlentece.
Existen múltiples productos para ello, y es el médico, después de valorar la piel y la edad del paciente, quien decide producto usar. Mi experiencia es que no hay que ser muy agresivos para conseguir buenos resultados.
Con PQ superficiales o medios, repetidos con cierta frecuencia la mejoría en la calidad de la piel es considerable. Además, someter a la piel a un peeling garantiza la mejor absorción de cualquier tratamiento tópico posterior y por tanto su mayor efectividad.
Un buen momento para el tratamiento es después del verano cuando la piel está más dañada debido al sol, el mar, el cloro y el calor y así se afronta el invierno con una piel renovada.
Los Peelings Químicos se utilizan también como paso previo a tratamientos de hidratación facial con acido hialuronico y vitaminas aplicados mediante electroporación transdermica o mesoterapia, consiguiendo una piel más tersa, suave, hidratada con menos arrugas y cicatrices.
Ademas los peelings ayudan a eliminar las manchas de la piel tantolas causadas por la exposición solar como las producidas por cambios hormonales.
Sin duda es uno de los tratamientos esenciales en el cuidado y mantenimiento de cualquier tipo de piel y para cualquier edad ya que hay procedimientos para pieles muy jovenes con ácne y para pieles muy maduras desidratadas y con manchas.